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El pequeño pueblo de 3.000 habitantes repudió que se hayan viralizado «publicaciones falsas de videos y fotos con contenido sexual de mujeres de nuestra localidad».

Conmoción y bronca es lo que generó en la pequeña comunidad de San Jerónimo sud, distante 35 kilómetros de Rosario, la aparición de fotos y videos con contenido sexual armado aparentemente con programas de edición y de inteligencia artificial donde se utilizaron imágenes de adolescentes y mujeres de la comunidad.

Las imágenes habían aparecido hace un par de semanas atrás, pero la noticia tomó estado público en las últimas horas cuando se dio a conocer por distintas redes sociales, un comunicado anónimo de repudio pero que dice ser la opinión de toda la comunidad.

Aparentemente, con el uso de la inteligencia artificial y programas de edición, se hizo el fotomontaje utilizando imágenes de una veintena de mujeres de San Jerónimo Sud. También habrían involucrado al menos a un hombre de 40 años. “Algunas son adolescentes y otras casadas las que se vieron plasmadas en fotos espurias”, resaltó un vecino de la localidad.
Esas imágenes se subieron a un canal abierto de la red social Telegram y luego fueron borradas. En el mismo canal, se comentó que hubo registros similares de personas de localidades vecinas.
Pero hasta ahora la Justicia tropieza con un elemental escollo que le impide avanzar en el caso. La denuncia fue realizada por varias mujeres de la localidad el martes. Pero Lo único que consta en el planteo es la manifestación de ellas. No hay una imagen, un video o una referencia al contenido de la red social aludida que permita acreditar lo que se denuncia. Según fuentes judiciales, no se puede descartar que se presente evidencia en los próximos días, pero si eso no ocurre es imposible profundizar solamente con declaraciones.

Si no hay agregados la denuncia se rechazará in límine, es decir, por incapacidad de ser investigada. Además este tipo de delitos que involucran el honor son de instancia privada. Esto quiere decir que es el propio agraviado el que tiene que optar por impulsar el trámite pero con un requerimiento legal que es propio a cualquier denuncia: suministrando alguna clase de indicio o prueba de lo que se dice.

El presidente comunal, Horacio Ciancio, recibió a algunas víctimas el viernes pasado y les aconsejó hacer la denuncia y que busquen un abogado que las represente. A la vez, desde la Comuna y se puso a disposición el equipo de la Secretaria de la Mujer.

El delito virtual ya fue denunciado y está trabajando la Unidad Regional XVVII con el área de cibernéticos de la AIC. Pero no sobre evidencia alguna que no se aportó.

Según trascendió, hay un teléfono que habría sido denunciado como hackeado y, desde ese número, se subieron a la plataforma Telegram algunas de las imágenes plagiadas.

“Lo que sucedió ha caído muy mal porque somos una comunidad muy chica (3.000 habitantes) donde nos conocemos todos. Es triste pensar que esto nos puede tocar a cualquiera, nuestras esposas, hijos, nietos, y que nadie nos ampara ya que este tipo de delitos hoy no tiene derecho sustentable jurídico”, expresó el periodista residente de la localidad, Mario Córdoba.

“Es un golpe al corazón de la comunidad porque son de nuestra familia, gente que se la ve todos los días que compartimos instituciones, el jardín de infantes, la escuela, el club, la parroquia, entonces esto es lo que molesta”, sumó Córdoba.

Repudio

Horas atrás, apareció un comunicado en el que se expresa que “los vecinos de bien de nuestro querido San Jerónimo Sud estamos estupefactos ante la denostable conducta de quien con perversidad, violencia y cobardía realizo publicaciones falsas de videos y fotos con contenido sexual de mujeres de nuestra localidad”.

“Resulta imperioso el mandato de no callar ante tamaña inconducta. Invitando a toda la ciudadanía a hacer un llamado público a repudiar este y cualquier otro tipo de violencia. Como sociedad hemos establecido un modelo de convivencia, basado en la tolerancia y el respeto de la Ley como marco para la defensa de los intereses, que no admite excepciones para ningún grupo o sector o persona”, prosigue el escrito.

Luego destaca que “la o las personas perturbadas que realizaron el montaje y producción completamente artificial o publicaron imágenes sin consentimiento de videos y fotos, rompieron el contrato social, dejando evidenciado que no pueden vivir en sociedad al carecer de valores propios de una comunidad de bien”.

Y cierra diciendo que “lo ocurrido, a todas luces, constituye un delito, el cual debe ser perseguido y hacer responsables a quienes lo han cometido, en procura de comenzar con la reparación de los daños provocados y para que estos hechos no vuelvan a suceder” y remata diciendo: “Que el silencio no oculte la verdad”.

Todo lo que se manifiesta da cuenta de un estado de escozor comunitario que es muy palpable pero que no está según la Justicia fundado en una prueba que permita no solamente establecer encontrar responsables sino saber si el delito que se denuncia, en realidad, existió. «Estamos en la situación de buscar un fantasma. Sin ningún elemento que nos oriente hacia algún lado», sostuvo un vocero judicial.

Las colas de Sanje

Algunos memoriosos recordaron que casi dos décadas atrás hubo un Facebook trucho donde se escrachaba a mujeres de todas las edades a las que le sacaban fotos de sus colas y las mostraban en esa red social.

“No me sorprendió tanto la noticia, cuando eran los albores de Facebook habían armado uno llamado “Las mejores colas de Sanje” y no tenían piedad, subían fotos desde menores a señoras grandes”, recordó un vecino al ser consultado por la sorpresiva noticia del robo de identidad y opinó: “lo que pasó ahora debe ser un boludón que se quiere hacer el pícaro”.

Otro memorioso sumó que en ese Facebook de las colas, “escrachaban a las chicas, robaban fotos y las ponían, pero como nadie lo compartió, terminó desapareciendo”.

Este suceso que sacude a San Jerónimo Sud ocurre en pleno aturdimiento por dos tragedias de un pueblo nada acostumbrado a los hechos de impacto. Una fue el choque múltiple bajo la niebla en la autopista a Córdoba en el que murieron una mujer de 45 años y una nena de 7, incidente que dejó 17 heridos más. El otro fue una pelea de dos vecinos, conocidos, que se trabaron en una discusión en un camping. Como resultado uno de ellos le dio un puntazo a otro en el brazo con la fatalidad de que el corte afectó una arteria lo que le causó la muerte. La víctima se llamaba Carlos Aranguis y tenía 33 años.

Fuente y foto / LA CAPITAL

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